Confieso que nunca me había pasado, al menos no a esos niveles. Fue a raíz de un artículo que me publicó el periódico La Nación, el sábado pasado, sobre mi posición acerca del matrimonio gay y toda la polémica subyacente. Se titulaba: Yo no celebro el fallo de la Corte. Al momento de escribir estas líneas, acumulaba más de 6.100 reacciones, 935 comentarios, y 825 veces compartido.
En resumen, me volví viral. A continuación, las 10 principales enseñanzas que extraigo de haber sido trending topic por un día.
- Desde que lo vi publicado, sabía lo que se vendría y me preparé psicológicamente. Más allá de la calidad o no del escrito –criterio subjetivo- hay temas muy sensibles que se prestan para volverse virales. El matrimonio gay es uno de ellos. Si el titular hubiera sido “Yo no celebro la victoria de Juan Diego Castro” o “Yo no celebro la victoria de Saprissa”, les apuesto que algo similar habría ocurrido.
- Al final, se logró el cometido. Que hablaran. Para bien o para mal, pero que hablaran. Nada peor para un escritor o columnista de periódico que sus textos pasen inadvertidos. Prefiero la crítica desafiante al silencio complaciente.
- Los múltiples mensajes de felicitación y apoyo los agradezco y los recibo con humildad, al igual que la crítica constructiva que me ayuda a mejorar.
- Los ataques, las ofensas, amenazas y demás “cariñitos”, que también abundan en estos casos, simplemente que resbalen. A sus autores, como diría don Ramón…, ¡botellita de Jeréz!
- Aplicar el segundo acuerdo: No tomarse nada personal. Con su incontinencia verbal, los detractores no hacen más que proyectar sus vacíos, limitaciones y complejos. Solitos quedan en evidencia. Se destruyen ellos mismos, nunca el blanco de su ira.
- Si usted quiere ser exitoso en lo que es, hace o escribe, debe aprender a lidiar con la crítica, desde la más sutil hasta la más mordaz. Es normal. En el camino, siempre aparecen enemigos. No se le puede caer bien a todo el mundo. De todo hay en la viña (y en las redes antisociales) del Señor.
- “La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.” Jackson Brown.
- Si no quiere ser criticado, muy fácil… hágale caso al escritor y artista estadounidense, Elbert Hubbard y dedíquese a no hacer nada, no decir nada, a no ser nadie. Conviértase en una de las muchas personas que llegan al cementerio sin haber cumplido sus sueños.
- Yo, por mi parte, le guste a quien le guste, seguiré opinando y publicando, según mis creencias, valores e ideales. El día que ya ni eso se pueda hacer en este país, traigan un candado y que el último apague la luz al salir. De por si, a juzgar por las últimas encuestas políticas, ya muchos están haciendo maletas.
- Cierro con un consejo. Si algún día, se convierten en objeto de viralidad, recuerden las palabras de Mark Twain: “Nunca discutas con un estúpido, te hará descender a su nivel y ahí te ganará por experiencia”.